
Turista5 (8)
Su condición de turista se revela en el despreocupado tableteo de las ruedas sobre la acera. El desagradable sonido para al llegar al piso contratado por Internet. Entra, la imagen le provoca la sensación de tiempos mejores, es la foto desvaída del apartamento que vio, los colores tiempo atrás se apagaron. No permite que la decepción se instale, está de vacaciones y debe divertirse. Vacía el equipaje y se apropia del lugar, durante este fin de semana será suyo.
Baja a la calle por provisiones, las singulares pequeñas tiendas de los folletos han desaparecido, tan solo un supermercado igual al de casa, un local de souvenirs de dudosa procedencia y muchos bares. Da igual, compra algo de comida y más bebida, fuera desencanto.
Anuncios pálidos como los sueños de un viejo, exponen la oferta de “tapas” flanqueando las puertas de ruidosas y cosmopolitas tascas. Vuelve a dejar la compra y regresa ilusionada.
Entra en uno, la barra está atiborrada de gente en camiseta y pantalones cortos, el suelo lleno de desperdicios y sandalias. No le cuesta entablar conversación con otros comensales que le recomiendan algunas “exquisiteces”. Pide un Rioja y algunas raciones a un camarero de piel cobriza y aspecto aburrido. Se prodiga en alabanzas culinarias a los nuevos conocidos. Siguen más vinos la cuenta sube más de lo esperado.
Por la noche, tras una necesaria siesta y con el estómago ácido, acude a la zona de pubs y discos, donde la esperan los amigos ocasionales de mediodía. Las copas son más caras de lo esperado, no importa, está de vacaciones. Conoce alguien de otra nacionalidad, con quien irá al día siguiente a visitar un par de museos. Volverán a verse para el desayuno, todavía no hay suficientes lazos para llegar juntos. A pesar del estado etílico, controla, o eso cree, pero que más da, lo bueno de beber es que al día siguiente no tienes que recordar.
Transcurre la mañana cultural para volver a repetir la tarde anterior. Esta vez profundiza en la amistad, el alcohol ayuda.
Por la mañana está sola, él se ha ido, no volverá a verlo. Da igual, visitará un museo, como cualquier turista, y luego regresará a su ciudad.
Cuando de vuelta le pregunten qué tal lo pasó, ella dirá: ¡Fenomenal!
Que bien descrito,Aunque no siempre es asi..
Tienes razón, pero cuantas veces sí lo es…