¡Payaso!4.5 (8)
¡Payaso! Masculla con superioridad en tono casi bajo con la intención de ser oído. Mira de soslayo con desprecio a quien dirige su amargura en forma de insulto, sin conocerlo, tan solo guiado por un sesgado juicio y una inquina absurda a quien trata de divertirse divirtiendo.
Los de alrededor se giran asombrados por el inoportuno comentario, hasta ver quién lo ha proferido, entonces ya saben y siguen con sus conversaciones. No hay que dar pábulo a lo que no lo merece.
El payaso, mi payaso y el de muchos más, sigue provocándome amplias sonrisas con sus payasadas, algunas con más fortuna y gracia que otras, como nos pasa a todos. Bueno a todos no, a algunos cenizos de carácter agriado no les ocurre nunca, no tienen ni la gracia de la duda, porque ese beneficio hay que ganarlo, y hay quién vive refugiado en su cueva a salvo de tener que mostrar sus defectos, ya convertidos en complejos. Ocultando sus debilidades por si alguien le pudiera herir, o tal vez porque ya lo hayan hecho, y guareciéndose en la soledad del que se considera por encima de los demás.
Escupe entre dientes el veneno de la acritud, sumergiéndose en un esplín que anula la empatía, y aleja a quien él trata de acercarse, quedando solo con sus comisuras caídas, que han quedado talladas en surcos de desprecio hacia el resto, como las del payaso triste, pero sin su ternura. Y trata de ofender con la palabra payaso o payasadas, sin saber que son gentes que tratan de regalar un momento de felicidad, provocar sonrisas y hasta risas desbocadas.
Habrá quien lea esto y le invada la perplejidad, pero uno tiene muchas vidas y esto sucedió en una de ellas a un amigo, y por un amigo yo… no, no mato, escribo, que jode más.
