Oscuridad4.8 (5)

Oscuridad
4.8 (5)

10 de enero de 2023 0 Por Juan Aguilar
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Hay días en que todo empieza mal, hoy es uno de ellos, no es consciente de cuánto tiempo lleva perdido en la oscuridad. Por mucho que lo intenta siente no haber avanzado, repta por un túnel cada vez más estrecho, hasta encontrarse atrapado en un tubo, por el que a pesar de los movimientos en espiral, no logra deslizarse.

¿Cómo he podido encontrarme en esta situación? Se pregunta tratando de recordar en qué momento empezó esta angustia. Las paredes contra las que lucha son blandas, incluso de tacto agradable y un olor que le recuerda a algo pero no termina de identificarlo. Logra visibilizar una tenue luminiscencia que apenas subsiste ante la agobiante negrura.

Extenuado, está próximo a rendirse, no encuentra motivación a la que agarrarse y que le provoque seguir luchando en esa estrecha galería. Un ruido lejano y persistente le empuja a seguir debatiéndose, seguro que es la salida se dice, y animado sigue forcejeando en su búsqueda de una abertura por donde dejar atrás esta profunda oscuridad y llenar los pulmones de aire puro.

Respira agitado, la garganta le abrasa y produce un bronco estruendo que le impide respirar cómodamente. Está agotado, se para para descansar un rato antes de seguir su periplo en busca de la luz. Resopla con dificultad y sin percatarse pierde la consciencia.

De nuevo el sonido anterior se repite y le devuelve a su angustiosa situación. Siente que por algún lugar entra una tibia corriente de aire y le despeja tímidamente. Se recompone y trata de averiguar la forma de su prisión. Palpa las paredes y le parece que está inmerso en un pozo. Bueno, se anima, si es un pozo debe tener una salida. Pero inmediatamente se le ocurre que podría estar cegado. Un sudor frío le recorre la piel, y al mismo tiempo se percata que no ha pasado frío en ningún momento. Debo estar en una cueva muy profunda, observa desolado.

Una vez más la machacona música vuelve, esta vez más próxima y mucho más intensa. De repente un centelleante rayo le ilumina la razón, le hace abrir los alarmados ojos exclamando acelerado: ¡Joder! ¡El despertador!

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