
Olvidando sin deseo4.8 (5)
Vivo olvidando sin deseo, con los recuerdos ocultándose en las arrugas de la memoria. Mirando el mundo desenfocado como lo mirada de un miope, vaciándose de contenidos, deshabitando mi interior, con la extrañeza por rutina.
Las imágenes se opacan y pierden sentido, sin textos que las acompañen, sin interés por ser evocadas. La luz interior pierde fuerza, creando sombras que van oscureciendo el pensamiento y el diario de mi existencia. Mezclando reminiscencias sin suceder con hechos sin encaje.
No te reconozco, aunque siento que debiera. Sé que nos envuelve una inefable unión, pero me pierdo tratando de encontrarla en el enredo de los restos retenidos de mi pasado. Y no dejo de ver tu sonrisa en el fondo de algo que me dice que la quise, y tu mirada irradiando el vestigio de lo que fui. Sonrío, con la esperanza de que una hebra de felicidad te roce, y compense el abismo abierto entre nuestras memorias, que imagino llenas de buenos momentos, esperanzas proyectadas en futuros por venir, protagonizando estampas intensamente vividas, noches terminadas en amaneceres nítidos… Pero todo eso ha huido de mí, tan solo quedan las sensaciones de haber sido. Y te sigo sonriendo sin recordarte.
Permanezco sentado ante el temor de salir y no saber volver, ya no hay un lugar donde hacerlo. Puede que fuera un final apropiado, perdido en todos los sentidos. Pero no me atrevo, sigo aferrado a este envoltorio casi hueco, sin futuro.
Espero el final de una vida rota, ilusamente a la espera de ser reparada. Una razón vacía de añoranzas, con el interior vencido por los excesos para recordar. Dejo que mis pensamientos reposen en la profundidad cóncava de una copa, que se diluyan, ya no me sirven. Mi esencia se va sumiendo en la niebla de la irrealidad, olvidando sin deseo.