Navidad4.8 (10)

Navidad
4.8 (10)

20 de diciembre de 2021 4 Por Juan Aguilar
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Entra al supermercado y en la puerta ve, con desagrado, un grupo recogiendo comida para la Campaña de Alimentos por Navidad. Ya están aquí estos, como todos los años, fomentando la vagancia —se dice entre dientes. El establecimiento está lleno, otro tema que le molesta, está acostumbrado a atenciones personales, pero ahora está en su segunda residencia y parte de la compra, la perecedera, la compra en el pueblo. Siempre le ha gustado ir, tratar con los encargados de la pescadería, la carnicería y al charcutero, al resto ni los conoce.

La parte principal ya la ha encargado por teléfono, los caprichos los deja para el último momento, a ver qué hay. Mientras escoge unos percebes y unos bogavantes, escucha, casi sin querer, la conversación de al lado:

Pero Teresa, ¿es que este año son menos en casa?

No, los mismos, pero no me alcanza para más langostinos —responde Teresa apesadumbrada al pescadero. Este, sin que ella se de cuenta, le añade unos cuantos más antes de cerrar la bolsa.

Él se percata de la maniobra. Seguro que es viuda, ya me quitan un pico para mantenerla. Bien duro que trabajo para incrementar el negocio que me dejó Papá, en estos años he duplicado su volumen se convence de ser merecedor de su suerte.

Recorre el local rellenando el carro con lo que pudiera necesitar, y algunas cosas más, que siempre está bien tener remanente por las visitas de última hora. Pasa por la charcutería, mira con ojos golosos los quesos, le ofrecen un jamón, pero a él ya le han enviado dos de Huelva, uno para casa y otro para el chalet. Detrás oye a una madre hablando con su hijo sobre escoger un paquete de marca blanca, que la otra, la de siempre, está muy cara.

Se acerca a recoger el encargo de esos chuletones de kobe que tenía encargados. Al lado un hombre de mediana edad está seleccionando un pollo, del amarillo que es para Navidad. Pobre ignorante piensa altivamente, pero repentinamente sienta algo parecido a un remordimiento. Procurará no hacer más comentarios e ir a lo suyo.

Llega a caja y está la dichosa Teresa delante buscando las monedas en su pequeño bolsito, para completar el pago. Esta vez no dice nada, aunque algo piensa.

Por fin termina y empieza a pasar su abultada compra por la caja. Mira con sorpresa como la mujer se acerca y deposita un par de paquetes de espaguetis y una bolsa de arroz en el carro donde los voluntarios van acumulando los donativos.

Termina de cargar el carro y paga. Nada más salir de la caja un chico joven le ofrece, a cambio de la moneda del carro, cargarle la compra en el coche. Él se niega, introduce la mano en el bolsillo y le entrega un billete de los pequeños. Se dirige hacia los solícitos voluntarios y les dice:

Quedaros con el carro, creo que me he excedido.

Muchas gracias señor, pero solo podemos recoger productos no perecederos.

Él coge las bolsas de la carne, los quesos y el marisco y les deja el resto. Y se aleja tranquilo, al fin y al cabo es a lo que vino.

¡Feliz 2022!

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