
¡Kilo y medio!4.4 (5)
¡Kilo y medio! ¡No puede ser! Vuelvo a subirme a la báscula, y sí, kilo y medio de más, ¡con la de ejercicio que hago! Así voy a acabar fuera del mercado. Tengo que dejar de ver tanto vídeo de cocina, están por todos lados, en la tele, en Internet, es un acoso, y con lo que me aburro, no puedo evitarlo.
Y luego está esa competición absurda en el chat de compañeros, a ver quién hace el plato más difícil, más vistoso, más impresionante. No puedo dejar que gane Miki, ese cretino, que no para de mirarse al espejo. Yo también me miro, lo confieso, pero no con esa libidinosidad, que hasta da asco. De momento vamos a la par, y el resto de colegas, sabiendo de nuestra rivalidad, nos incita a ir más allá. Y no paro de cocinar, y, claro, no voy a tirarlo, me lo tendré que comer, no tengo con quien compartirlo.
Pero no entiendo cómo he podido engordar, nada más levantarme, con tan solo agua en el estómago, me pego una sesión de casi una hora de ejercicio: elíptica, TRX, series que me indica mi entrenador personal por vídeo. Por la tarde, después de reposar el “plato del día”, otra sesión de tábatas. Y ¿de qué me sirve? ¡De nada! He ganado, que digo ganado, ¡he engordado! Un kilo y medio…
no paro de cocinar, y… me lo tendré que comer, no tengo con quien compartirlo.
La culpa la tienen esa recetas que están pensadas para 4 o 6 personas, y por muchos cálculos que hago para reducir las raciones, siempre me paso. ¿Es que no piensan en la gente que estamos solos? ¿En los que necesitamos tener una imagen ideal? Me miro y veo como las líneas abdominales se van alisando, ¡con lo que gustan! Ya ni para sesión de fotos. A este paso, cuando acabe este encierro, no me van a llamar. Tendré que hacer más ejercicio, pero ese imbécil no me gana.
¡En qué momento me metí a modelo!
JAJAJA, el sándwich tiene una pinta tremenda.
Se supone que es light, hay que perder un kilo y medio!
UFFFF
Eso!