
Fiestas, propósitos y rutina0 (0)
Volver a la rutina
Todavía inmersos en el reflujo de la resaca de tanta comida, saturados por el cúmulo de celebraciones, hay que volver a la rutina. Esta vuelta de golpe a los hábitos diarios y las tareas pendientes, tras disiparse la neblina a través de la cual se ha mirado estos días, se convierte en una tarea hercúlea. Sobre todo para aquellos con hijos, que los observan disfrutar de un día más.
Toca tomar aire y sentir el desprenderse del peso de tanta agitación, y mirar, con cierta nostalgia, hacia el atrás reciente. Del esfuerzo derrochado, material y afectivo, en la elaboración de las comidas, las presentaciones, las decoraciones. Unas con creatividad propia, otras inspiradas por imaginaciones ajenas en revistas o webs y recreadas con dispar acierto. Muchas con más deseo que despensa, pero casi todas con ilusión.
Esta vuelta de golpe a los hábitos diarios y las tareas pendientes se convierte en una tarea hercúlea
Pues es el momento de los remordimientos y con ellos, ineludibles, los propósitos de fin de año, a cumplir en este. Habrá mucha gente que se habrá planteado el llevar una vida sana, adelgazar, dejar de fumar, etc. A la mayoría le durará un par de meses, a lo sumo tres, que es la cuota del gimnasio, por aquello de aprovechar. La culpa, porque siempre se busca un culpable, la recibirá tanta comida, bebida, la familia, últimamente los cuñados, trasnoches… Demasiadas celebraciones seguidas dirán unos, otros se quejaran del consumismo, y algunos, en contradicción, de la religiosidad de estas fiestas.
Se pueden poner todas las excusas que se quieran, pero los michelines son de cada uno. Yo me quedo con lo bueno que estaba todo, lo a gusto que he estado. Atrás quedan los ataques de nervios en la cocina, a los que soy muy dado, el idear y programar algunos eventos, algún susto por la aparición de comensales no esperados, pero para eso está el repartir.
Se pueden poner todas las excusas que se quieran, pero los michelines son de cada uno.
Como digo todo esto queda en el pasado, reciente pero pasado, y que cada uno lleve como pueda el resultado de sus “exageraciones” culinarias.
Mi propósito es salir más a la montaña, lo del gimnasio no me va (lo de fumar ya lo dejé hace mucho), escribir más y no dejar de disfrutar con la comida, tanto en cocinar como del resultado.
Como ya dije el año pasado, ¡Feliz 2020! ¡Ah! ¡Y me quiten lo bailao!