Confidencia4.8 (6)
Es de noche, hace frío, y me acaban de hacer una confidencia con la acostumbrada frase: <<necesito contarte algo pero no se lo digas a nadie…>>. No es una de esas que se cuentan entre espías, ni sobre un posible movimiento financiero, ni siquiera un chivatazo sobre caballos ganadores. Es algo mucho más importante, sobre todo para quien me la ha confiado.
También lo es para mí como guardián del secreto. Tal vez no sea algo que afecte a la paz mundial o algo parecido, pero para mi amigo es, en este momento, un peso enorme que necesita aliviar. Esa fe en la lealtad y discreción me genera una inesperado efecto de responsabilidad, al mismo tiempo que una sensación de gratitud por haber confiado en mí.
Como para sellar un pacto de franquezas yo también le trasmito una confidencia. No somos unos desconocidos, tenemos una relación de amistad desde hace un tiempo, pero es con detalles, si se le pueden considerar detalles, como se ahonda en los vínculos.
Seguimos paseando, ya contándonos cosas más banales, probablemente para rebajar la intensidad de la revelación, o simplemente porque no todo tiene que ser profundo y trascendental, que de lo trivial también se vive. Pasamos por una acera llena de trastos y tipos raros, parece que están rodando una película, ¡A estas horas!
Un coche arranca y derrapa en una curva, un respingo de unos transeúntes de pega nos alerta que no estaba previsto, estos locos, me digo. Nos despedimos y cada uno cruza en su dirección.
Mientras voy hacia el coche voy pensando en el encuentro y el buen gusto que me ha dejado. Muchas veces no necesitas verte con frecuencia, ni siquiera llamarte, a veces tan solo hay una comunicación con un breve cruce de mensajes y el nexo sigue.
Me ha gustado poder ser el confidente y sentir reciprocidad.
Isabel. Apasionada de la lectura 💜💜
