
Brasas5 (5)
Observa distraído las brasas agotadas de lo que ha sido una reunión. En la mano una copa con los restos de la última botella de vino. Deja vagar sus pensamientos hipnotizado por el montón de fragmentos grises desordenados, abatidos pero con el corazón todavía rojo, que humeantes reivindican con un agotado crepitar lo que fueron y dejaron atrás. El calor retenido en las paredes ayuda a conservar un pasado cercano que languidece.
Empezó con alegría, como muchas reuniones, prestos a pasarlo bien. Un grupo dispar pero con encuentros, vivencias en común y hasta algunas ideas. Reunidos al rededor de una barbacoa con el propósito de comer y compartir un tiempo sin agujas.
Pasado el momento mágico del fuego creciendo, que tanta atracción genera, el corro se dispersa, quedando uno, a lo más dos, arropando al parrillero, proveyéndole con empatía de líquidos y algún canapé. Mientras este trajina para dar vida a unas llamas que gritan su juventud y poderío, tratando de agotarlas y conducirlas a una más manejable madurez enrojecida.
Diseminados están los demás, unos sentados, otros de pie, con las manos ocupadas con vasos, copas y algunos aperitivos, ausentes al drama del fuego.
Al cabo de un rato, con el ardor de la fogata apaciguado, pero todavía reclamando su lugar, es cubierta con parrillas llenas de carnes y verduras. No tardan mucho en sudar grasa encima de las ascuas que se quejan indignadas chisporroteando y emitiendo alguna debilitada flama. El tormento dura, pero tiene fin. Se llevan los alimentos ya cocinados con la bravura abrasadora de la lumbre. Se oye festejar el momento. Tras el festín se mantienen conversaciones, risas y más de un ronquido, empujados por la satisfacción de estómagos satisfechos y algún que otro licor. Apartados quedan los rescoldos, muriendo en el olvido.
Mucho más tarde abandonan el lugar, tan solo queda el anfitrión, que se sienta delante del asador, buscando el calor con que quitarse el relente de la noche que empieza. Todavía quedan brasas tratando de perdurar, y a pesar del esfuerzo, como todo, se extinguirán.