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Aparecen llamados o sin llamar
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26 de noviembre de 2019 0 Por Juan Aguilar
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Unos asoman, otros se esconden

Aparecen con el pensamiento sosegado y hasta cuando está revuelto. A veces les convocamos, otras vienen sin permiso. Se sumergen en la profundidad de la memoria emergiendo ocasionalmente para respirar y recuperar brevemente su existencia.

Los hay como niños que no paran de jugar, o como adolescentes enfadados sin saber porqué, jóvenes inquietos, los ya maduros con intención de enseñar, hasta los ya muy mayores que solo aparecen muy en tanto, incluso algunos se olvidan de regresar.

solo aparecen muy en tanto, incluso algunos se olvidan de regresar

Imágenes, olores, sonidos, tactos y hasta situaciones, nos evocan escenas o emociones pasadas que retornan a apoderarse de nuestra realidad, bicheando en nuestra memoria, ocupando el despiste.

Están los que nos gusta llamar una y otra vez, en los que nos adentramos dejándonos invadir de satisfacción, alargando nuestra estancia en ellos, esperanzados en perder la llave de la salida, y cuando por fin se van los despedimos con una sonrisa dibujada de añoranza.

Otros se manifiestan inesperados encendiendo la caldera de la ira, tensándonos, doliéndonos. Disparan odios, rencores, desprecios, que en ocasiones traspasan generaciones, terminando sin saber si son nuestros o heredados. Indeseados, dejan un espacio de alivio tras la despedida.

traspasan generaciones, terminando sin saber si son nuestros o heredados.

También los hay como espejismos, surgen y se van desmoronándose a trozos, provocando dudas de haber estado. Y de los de tierra por qué no me tragaste, o de los que nos dejan con la vista humedecida o de esos anodinos que contemplas mientras el tiempo se disuelve sin dejar poso.

Pero cualquiera de ellos nos mueve el interior, circula por nuestro cuerpo descolocando nuestros sentimientos. Ya Eduardo Gaelano nos dejó este abrazo: “Recordar: del latín recordis, volver a pasar por el corazón”.

Recordar: del latín recordis, volver a pasar por el corazón”

Debo confesar que he cometido la imprudencia de escribir con la puerta abierta, y un indiscreto recuerdo ha aprovechado para colarse, me voy a dejar llevar.

#relatosdecocina

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