Tus besos4.9 (9)
Recuerdo tus besos con los ojos cerrados, para sentir más. Te concentrabas tanto en el contacto que algunas veces dudaba si seguías presente o te habías dejado llevar por las sensaciones y viajado a un mundo solo reservado para ti. Pero cuando nos separábamos y los volvías a abrir, de nuevo estabas allí, sonriendo con tu limpia y entregada mirada. Poco tardé en acostumbrarme a cerrar los míos y tratar de sentirte en otro universo. Felizmente lo conseguí, contigo no fue difícil.
Parecía vivir en una niebla iluminada, a través de la cual siempre te intuía, creía tocarte. Era mi manera de rellenar los tiempos entre unos besos y otros. Y cuando más absortos estábamos, inesperadamente apareció el impertinente destino, en forma de una minúscula vida, que nos obligó a mantener distancias. Durante aquella reclusión no extrañé a la gente, la calle, la libertad… tan solo añoré tus besos.
Salvamos aquella barrera que agolpó necesidades y afectos, aquel período casi vacío para olvidar, aquella interminable separación de labios.
Y volví a sentir y disfrutar tus besos. Al principio con precaución, por lo de los contagios, pero muy pronto nos olvidamos de las prevenciones y volvimos a sumergirnos en la percepción de los sentidos que nos trasladaban a otros lugares.
Una vez más el hado quiso cruzarse en nuestras vidas y forzó una decisión que nos separó, esta vez no impuesta, sino reflexionada en las utilidades y conveniencias. Era la opción más sensata, aunque no la más deseada.
Hoy que te sigo sintiendo a través de los ojos con los que te imagino, aunque tengo la sensación de estar viviendo una extraña paradoja, pero con la ilusión, tal vez ingenua pero placentera, de que algún día superaremos la paradoja y volveré a tus besos.
Te estaría besando hasta el fin de la eternidad.
