
Intermitentes5 (2)
Hay muchos momentos y situaciones en la vida que son intermitentes, unas veces están y otras no. La felicidad, la lluvia en verano, los capítulos de una serie, la satisfacción de algo bien hecho, e incluso el cocido en casa.
Y también esas lucecitas que tienen los coches en sus laterales, que indican, y reitero que indican, la intención de hacer un cambio en la trayectoria, que muchos conductores parecen haber olvidado. Los intermitentes no son un grito de ¡ahí voy, hacerme sitio!, no, es una educada advertencia de “cuidado que quiero ir por ahí, cuando pueda claro”. Que parece que esos que apuran en l largas salidas de las carreteras hasta el último momento, lanzándose al hueco dejado por algún tranquilo conductor, que repentinamente se encuentra con el morro de otro vehículo ocupando un espacio que creía seguro, eso sí, con los intermitentes a lo loco, avisando de ¡esta es la mía, hueco que voy! Si llegas tarde, procura salir antes.
Y que decir de esos que entran en una rotonda indicando primero que me quedo y luego que me voy, o que marcan las curvas, previamente señalizadas por Tráfico o quien tenga la responsabilidad. Que parece que lleven una guirnalda de Navidad, o que tienen un espíritu dubitativo y no terminan por decidirse.
¡Ah! También están los casos contrarios que por un sentido del ahorro no los usan, o será que eran opcionales en el momento de la compra y prefirieron las alfombrillas de rally. También puede ser por despiste, o simplemente porque creen que el resto estorba, que la carretera es de ellos, vamos, por arrogancia o más bien chulería cañí. Me inclino por esto último.
En serio, no es tan difícil, es una cuestión de trato civilizado, supón que el resto de conductores no piensan en ti, que tratan de alcanzar un destino manteniendo unas distancias y un orden. No saben de tus intenciones, sé empático, trata de avisar con tiempo, y sobre todo ¡pon los p… intermitentes!