
Espesa bruma4.6 (7)
Una espesa bruma me impide terminar de despertarme. Trato de entender su origen y tan solo me llegan ráfagas estroboscópicas de algunos recuerdos de risas, luces, bailes y muchos vasos, todo envuelto en una espesa niebla gris, y una música estridente que penetra en mi cerebro como un percutor.
Me duele la cabeza. Con esfuerzo abro un ojo, con el miedo que provoca el no saber dónde estoy. Voy enfocando, no sin trabajo, la visión, tratando de distinguir donde me encuentro, y empiezo a reconocer los objetos de alrededor, libros, cuadros y alguna lámpara.
Miro el reloj y el mediodía hace rato que se fue. Despacio voy aterrizando en la familiaridad de mi habitación. Me percato de un ruido, una respiración profunda, de esas que salen de una boca abierta. La adrenalina se dispara y al mismo tiempo me paraliza. No me atrevo a girarme, trato de recordar pero de momento no tengo conectada toda la memoria. Me esfuerzo por entrar en razón y consigo girar el cuerpo, no sin ser golpeado por dudas y vacíos. Reconozco la espalda de una mujer, pero nada más, sigo inmerso en la confusión.
No me detengo en buscar una explicación, solo busco a tientas una pastilla que me devuelva mi normalidad, como si las hubiera. De momento me conformo con un analgésico que me quite el taladro de la cabeza. No la encuentro en el baño, y en un instante de lucidez, recuerdo que tengo las pastillas donde guardo la bebida, lo que no alcanzo a saber es por qué. Pero ya que estoy me sirvo un dedo de whisky, por aquello del clavo que saca al otro clavo.
Los recuerdos tratan de abrirse paso, tal vez ayude otro dedo de whisky.. No, mejor no, mejor dejar en la oscuridad del olvido lo ocurrido, no quiero empezar tan temprano con los arrepentimientos. Cuando despierte ya me contará.
Vuelvo al baño, esta vez con la intención de aliviar el mal oculto en esa espesa bruma.
Buen comienzo de novela… que espero que te animes a escribir.
Muchas gracias por el ánimo Juan Antonio, a ver si el tiempo, el de los minutos, acompaña.