
El caos4.8 (6)
Y llegó el caos, llevaba avisando unas semanas. Hacía tiempo que no se revelaba, y una vez más creí que lo podría contener, pero de nuevo se apoderó de mí.
Hace poco alguien prácticamente desconocido pagó, sin merecérselo, mi cólera. Tuve la repentina claridad para disculparme, y lo remedié. Eso me creó la falsa sensación de estar controlando la vorágine de irrealidades salpicadas de ira, paranoia, devastación, incongruencia… Pero no fue así y al poco pagaron mi descontrol otras personas, estas muy queridas, … Una vez algo más calmado, he visto el daño que he podido provocar. No es el momento, todavía conservo fuego en mi interior, ya pediré excusas. Espero llegar a tiempo.
Es un fuego que no puedo dominar, un tornado que todo lo arrasa. Irónicamente mucha gente cree que soy alguien centrado y sereno, que controlo lo que hago y digo. Pero me asemejo más a un volcán latente, con pequeñas fumarolas, y que de vez en cuando revienta en arcadas de lava, descargando su furia, arrasando todo lo que encuentra.
Podría buscar excusas en el estrés, la presión, agotamiento, frustración por planes no satisfechos, fantasmas de un pasado poco edificante… pero no dejarían de ser pretextos. En estos momentos cualquier contrariedad la percibo como un ataque, encuentro enemigos en cada decepción, y ahí está el monstruo, agazapado, alimentándose, esperando salir, provocar dolor y sentir el placer.
Necesito que la marejada pase, arrastre la cólera y aleje la crueldad. Y esperar la llegada del arrepentimiento con la resaca, acompañada de la sensación de vacío. Aguardo a que vuelva el orden con una nueva epifanía y me devuelva la calma, aunque algunas veces sea tarde.
Mientras llega ese momento, no me llevéis la contraria, ni me provoquéis, no es una excusa anticipada, es un aviso, soy el caos.