Celos4.2 (6)
Un nuevo lugar, otra vez de mudanza, y todo por los celos. La conocí por casualidad, en una de esas actividades de grupo a las que se apuntan personas solas, tímidas, necesitadas de trato, con ganas de ligar o simplemente recién aterrizadas. Yo acababa de dejar una relación, que ni siquiera había acabado, y quería conocer gente nueva, no para establecer otra, tan solo para cambiar de caras.
Ella me resultó graciosa, era extrovertida y atraía todas las atenciones. De repente con todo el desparpajo vino hacía mí y me hizo unas preguntas de lo más irrelevantes, y tras ese corto interrogatorio debió considerar que yo era fiable. A partir de ese momento establecimos una amistad que fue profundizando.
Estaba claro que ninguno pretendía llegar a más, veníamos de dos mundos muy distintos y sin muchas ganas de converger, los mundos.
No tardó mucho en hablarme de sus romances. Es un tema del que hablo poco, bueno, la verdad es que en general hablo poco. Pero ella no paraba, yo trataba de aconsejarla en algunos momentos, pero evidentemente no me hacía el menor caso. Me contó que lo que menos soportaba era la traición. Que los celos eran, y son, un tema superior a ella, que le trastornan. Traté de convencerla que era un tema de inseguridades, de sentimientos de propiedad, y otras memeces. Pero nada.
Debido a esto no le duraban mucho las parejas, enseguida veía infidelidades en cualquier nadería, un retraso en una llamada, una mirada indiscreta, una imprevista y urgente visita a un familiar… Le trastornaba de tal manera que acababa el idilio, y para olvidar se cambiaba de casa e incluso de población, como intentando borrar todo y empezar una nueva vida. Siempre me pareció desorbitado, pero con esos cambios recuperaba la alegría, y me parecía bien.
Hasta que después de una tercera mudanza rompí mi poco interés por aquello que no me cuentan, y le indique lo exagerada que me parecía la decisión. Al principio se mostraba reticente a contestarme, y terminaba bruscamente la conversación, pero con la cuarta mudanza, ante mi insistencia, no tuvo más remedio que contármelo, maldita la hora.
El tema de los celos iba más allá del sentimiento, que no toleraba tal traición, y que cuando acababa una relación, la acababa de verdad. Un escalofrío me recorrió la espalda cuando intuí lo que quería decir.
Me quedé perplejo, no me lo creía, o mejor dicho no lo asimilaba. Me argumentó sus motivos con tanta naturalidad y convicción, que me hizo dudar de mi juicio, hasta casi convencerme. Nunca me comentó la cantidad aunque me dejó entrever que mejor era que no lo supiera.
Y aquí estoy, perturbado, sin capacidad para comprender, ayudando con una mudanza sin tener claro si ella está loca, y si yo soy cómplice.
¿Pero cual era el motivo de la mudanza y la radicalidad? acaso era metaforiza la ruptura de cada vivencia? las relaciones con intensidad te sacuden la conciencia y el conformismo, vienen bien para despertar
El motivo es escribir un relato, las interpretaciones son personales. En los casos que los relatos estén inspirados, el o la inspirador/-a se da por aludido/-a sin dificultad.