Sobre la arena

4.9 (8)

Estaba disfrutando de una cerveza para aliviar el calor en una terraza sobre la arena. Mirando ociosamente sin ver la multitud en la playa, hasta que me fijé en las evoluciones de un joven alrededor de una chica.

Yo veía claro que no tenían nada que ver, él era bastante ordinario y ella algo pija, eso era como el amor imposible de los limpiaparabrisas. Pero desde aquella novela de Marsé todo podía ser, hasta que ella se llamara Teresa. Y eso es lo que me llamó la atención.

Ambos luciendo esos cuerpos que solo la juventud dota. Él no paraba de intentar abrir alguna fisura ante la pasividad de ella. Se le veía emperejilando la actitud, tratando de mostrar quien no era, ella haciendo que escuchaba en el límite de la educación.

Realmente estaba fascinado por lo que estaba ocurriendo sobre la arena. Lo que parecía un día más de tedio en las obligadas vacaciones, se estaba transformando en un cofre lleno de ideas para mis relatos.

Tenía claro que él no iba a conseguir nada, hacía calor y se le notaba sudar frustración. Pero era un hombre resuelto y con recursos, y seguía, sin aparentar importancia, luchando contra el muro del rechazo.

Sorprendentemente, en contra de mis deducciones, se levantaron y fueron hacia la orilla. Pedí una nueva cerveza para celebrar tamaña gesta.

Les veía retozar en el agua, disfrutando con el embate de las olas, salpicándose uno al otro, actitud que nunca he entendido. E incluso algún roce fortuito y no rechazado.

Volvieron del agua, ella recogió sus pertenencias y se fueron juntos. Me generaron una envidia tremenda, él por su perseverancia, ella por su capacidad de adaptación. Dos paradigmas de la evolución. No supe más de ellos, no soy de perseguir historias, soy más de imaginar. Y así como fue tremenda la envidia, fue totalmente pasajera. Pronto estaba observando una familia extranjera como extendía sus dominios sobre la arena.

#Escaparate