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Lo mejor
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05/04/2024 0 Por Juan Aguilar
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Él siempre fue en busca de lo mejor, de alcanzar la perfección. Toda su vida, prácticamente desde que adquirió conciencia de ser, la ocupó para llegar a ser el primero. Nunca se conformó con sus logros, que fueron muchos, peleó para llegar más lejos, más arriba.

Había nacido en una familia modesta a la que acusaba de su situación, llegando al rechazo y el odio. Durante la juventud no llegó a disfrutar de ese período que se vive como si fuera todo trascendental, aunque se actúe absolutamente al contrario. Aprovechó aquella etapa para establecer contactos que le ayudaran en su propósito, aunque todavía no lo conociera, tan solo quería llegar a la cima. Surcaba la frontera entré la nada y el todo, no podía dejar un remanente, había que agotar todas las posibilidades.

No llegó a tener amigos, tan solo tarjetas de visita. El contacto físico le provocaba aversión, darse la mano, manosearse, besarse, sexo, todo eso estaba sobrevalorado. Tardó en darse cuenta que para ser admitido en según que estratos sociales necesitaba no solo ser un ganador, sino parecer una persona social. Se casó, obligado por las apariencias, con alguien que nunca se esforzó en conocer. Su convivencia era distante más parecía que visitaba a su mujer que vivieran en unión. Ella terminó divorciándose harta del ninguneo al que la sometía. Pero él ya lo había conseguido, se acepta mejor incluso con cierta empatía, a un divorciado que a un soltero.

Eso llamado karma le visitó en pleno culmen de su vida, en forma de ictus, la presión pudo con su cuerpo. Se salvó por la premura en descubrirlo tirado en el pasillo de un hotel. Lo dejaron muy claro, tenía que reposar, no podía jugar con su salud. Aguantó poco, aunque tuvo tiempo de leer. De lo poco que consiguió retener fue una frase, por lo estúpida que le pareció: “lo mejor es enemigo de lo bueno”.

De nuevo se incorporó en su vida de riesgo al límite, con negocios arriesgados, pisoteando a quien fuera con tal de conseguir el éxito y el reconocimiento, hasta la envidia, de sus iguales. Pero un día, ebrio de sus logros, se equivocó y ese error fue enorme, terminal. Y entonces, sin comprender dónde se apagó su estrella, sumido en el vértigo del fracaso, recordó aquella estúpida frase de un tal Voltaire.

#Escaparate